Helix lucorum o caracol turco, Helix pomatia o caracol romano, Otala punctata o caracol cristiano y Achatina fulica o caracol gigante africano son algunos de los nombres que conforman la extensa lista de caracoles terrestres apreciados en gastronomía.
Sin embargo, posiblemente el caracol común de jardín es uno de los caracoles que más se comen, al menos en España, principalmente por su gran abundancia, pero también por su tamaño considerable y por el sabor de su carne.
El caracol común de jardín
La carne de este caracol, llamado científicamente como Helix aspersa, está muy bien valorada. La concha del molusco mide 2,5 cm de diámetro de media. Es de color marrón o rojizo con estrías longitudinales irregulares y de forma globosa y ovoide.
Este caracol terrestre se encuentra en tierras de cultivo, en zonas calcáreas y graníticas húmedas. Es una especie muy habitual en los huertos, de ahí su nombre popular.
¿Qué otro caracol se come mucho?
En otros lugares de Europa, donde abunda más su primo el caracol romano, se prefiere éste antes que al modesto y abundante caracol común de jardín.
Principalmente esto sucede en la Europa Central, cuyo principal país como consumidor de estos invertebrados terrestres es Francia.
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