Los anfibios tienen la piel desnuda, es decir, que no se halla protegida por pelo como en los mamíferos, ni por escamas como sucede con los reptiles o en los peces ni tampoco por plumas como en las aves.
Sin embargo, esta estructura anatómica es muy importante en los anfibios, porque su alteración o daños tiene consecuencias fatales para el animal en muchos casos.
A través de la piel, los anfibios respiran, se protegen de los enemigos, regulan la cantidad de agua corporal...
Los anfibios tienen respiración cutánea y se ven protegidos muchas veces contra los depredadores por veneno, como en el caso de los sapos. Para la regulación de la cantidad de agua corporal del anfibio, se juega con el grado de absorción de dicho elemento.
Existe una enfermedad causada por un hongo que ataca la piel, que es la responsable de poner en peligro a diferentes especies de anfibios.
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